Las catastróficas inundaciones en Houston causadas por el huracán Harvey son un recordatorio desgarrador de la urgente necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Cada tonelada de dióxido de carbono emanada al aire causa la misma cantidad de calentamiento, sin importar dónde se emita. Una atmósfera más caliente causa que más agua se evapore desde los océanos. A su vez, el aire húmedo atrae aún más calor y se precipita con más intensidad. Ya estamos a mitad de camino del umbral de 2 grados Celsius de calentamiento, del cual los científicos dicen que podría desestabilizar peligrosa e irreversiblemente el sistema climático terrestre. Los fenómenos meteorológicos extremos se están convirtiendo en normales, poniendo en riesgo a más de la mitad de las ciudades del mundo. Las inundaciones mortales en Mumbai, Níger y Houston, la semana pasada, ofrecen un adelanto de las tormentas aún más violentas que están por venir.
Aun así, los gobiernos y las industrias que explotan el carbono ni actúan ni planifican en consecuencia. El Acuerdo del Clima de París firmado por cerca de 200 naciones no tiene poder real. Es voluntario. No hay límites de emisiones obligatorios.
Salir de esta senda que conduce a sobrepasar el límite de 2 grados implica repensar y reemplazar los sistemas que producen, agravan y aceleran el colapso climático y medioambiental que conlleva migraciones forzosas y una desigualdad desorbitada. Esto implica diseñar soluciones amplias y de gran alcance que, de manera simultánea, reduzcan las emisiones, pongan fin a la dependencia de los combustibles fósiles en nuestra economía, aumenten masivamente la inversión ecológica, maximicen el uso de las renovables, minimicen el uso total de energía, hagan que la política y la toma de decisiones sea abierta, transparente y democrática, garanticen ingresos que alcancen para vivir y expandan sectores problemáticos de la economía, incluyendo la educación, la sanidad y las artes. Estas metas entrecruzadas residen en el corazón de la Agenda Progresista para Europa de DiEM25. Dada la ventana de oportunidad cada vez más pequeña, nuestro movimiento, con apenas un año y medio, ya se está preparando para estar a la altura.
Únete a nosotros. Tus habilidades y energía son necesarias ahora más que nunca.
Orla de Díez es miembro del Colectivo Coordinador de DiEM25.
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