Una nueva revolución industrial, basada en gran parte en la automatización, está a la vuelta de la esquina y tarde o temprano cambiará drásticamente la manera en que vivimos y nos organizamos. En el futuro, la inteligencia artificial contribuirá crecientemente a esta automatización.
El Sr. Verhofstadt nos advierte de que ya estamos en el rumbo de un camino de un único sentido donde, o la I. A. nos hará superfluos o encontraremos los media de controlar colaborativamente su despliegue y su impacto social. La Unión Europea tomó la iniciativa al adoptar parlamentariamente una resolución que aparentemente sigue el modelo surcoreano, y pide leyes que gobiernen la I. A. y la robótica. El documento puede ser una lectura interesante, especialmente aquellos párrafos sobre de disolución de las relaciones sociales (4.1.7) y sobre el acceso restringido a nuevas tecnologías (4.1.9).
Sin embargo, no abordan el problema fundamental que concierne al cambio tecnológico, su impacto en las clases sociales y la concentración de capital que genera. En otras palabras, ¿cómo compartir y democratizar sus dones? Básicamente, todas las soluciones hasta la fecha parecen gravitar alrededor de la idea de una Renta Básica Universal y cómo financiarla. Una de las más famosas propuestas vino de Bill Gates y consistía en poner impuestos a los robots. También se han llevado a cabo experimentos por toda Europa acerca de una RBU: en Suiza, la idea fue rechazada por referéndum; en otros países, como Finlandia, un experimento ha sido iniciado y se esperan resultados en los próximos años.
No es la primera vez que el cambio tecnológico ha creado reacciones masivas públicas y desconcierto. Por tanto, se ha de tener cuidado al abordarlo, porque el CEO de Credit Suisse también defiende una RBU, con sus propios términos. DiEM25 ha desarrollado la alternativa del Dividendo Básico Universal, así como un proyecto colaborativo dentro de su pilar de Trabajo. Sus motivaciones centrales, muy diferentes a introducir nuevos impuestos para la I. A., son explicadas magistralmente y con concisión por Yanis Varoufakis.
Por último, pero no menos importante, antes de apurarse a predicar a toda la humanidad, vale la pena escuchar las opiniones del miembro del Comité Asesor de DiEM25 Noam Chomsky acerca de la I. A. así como de su diferenciación entre lo que actualmente llamamos I. A. y las metodologías antiguas.
Bogdan es un miembro del DSC Bucarest, así como un humilde ingeniero que vive en Múnich. Sus principales intereses son las cuestiones sociopolíticas en el Sureste europeo, así como promocionar DiEM25 en la zona.
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