Artículo de Srećko Horvat
Las nuevas tecnologías, desde los juegos hasta el internet de las cosas, están integrando cada aspecto de nuestras vidas en una red global que sirve al capitalismo monopolista.
Desde campos de minas en Bosnia hasta bases militares en Indonesia, desde museos del Holocausto hasta la embajada de Julian Assange, Pokémon parece estar en todas partes. Mientras Pokémon Go toma el control del mundo, los clérigos saudíes han renovado una fetua contra la saga de videojuegos y las autoridades de Japón han lanzado una guía de seguridad en vista al lanzamiento oficial allí. Nunca antes la realidad digital había estado tan integrada en nuestro mundo físico.
Se ha convertido incluso en parte de las elecciones presidenciales de los EE. UU., con Hillary Clinton declarando que “no sé quién inventó Pokémon Go, pero trataría de averiguar cómo conseguir los Pokémon para mandarlos a las urnas”. En realidad, Clinton sabe muy bien quién creó Pokémon Go. Fueron sus amigos de Silicon Valley.
¿Cómo explicar el éxito de Pokémon Go? Una manera es seguir el dinero, y podría ser más fácil de explicar. La realidad aumentada no es algo nuevo; ha sido usada durante años en el ejército y en los sistemas de navegación. Lo que hace novedoso a Pokémon Go es que la realidad aumentada se ha convertido en algo corriente por primera vez. Y tiene que ser entendido como una ruptura histórica, que cambiará profundamente el modo en que percibimos y experimentamos la realidad. Cambiará la realidad misma.
La realidad aumentada es en cierto modo hasta más interesante que la realidad virtual, ya que no sustituye el mundo real por uno simulado, sino que es una combinación bastante sofisticada de ambos. La realidad aumentada integra lo digital en lo real (usando la cámara de tu teléfono para trasladar los pokémones digitales al mundo real) y lo real en lo digital (tu cuerpo físico se convierte en parte de una realidad simulada).
Pokémon Go fue creado por Niantic, cuyo director, John Hanke, fue uno de los fundadores de Keyhole: una empresa pionera en desarrollo de software especializada en la visualización de datos geoespaciales, que abrió el camino para Google Maps y Google Earth. Keyhole fue adquirida por Google en 2004, así como Niantic. Pokémon Go no sería posible sin Google. Después de que las Google Glass recibieran una inmensidad de críticas y acción legislativa debido a las preocupaciones por la privacidad y la seguridad, puede ser visto incluso como el primer paso comercial exitoso para cumplir el sueño de realidad aumentada de Google.
Y por esta razón, la falsa inocencia de las palabras de Hillary Clinton es importante. Ella debe saber que es el antiguo director ejecutivo de Google, Eric Schmidt, quien dirige el componente digital de su propia campaña, usando una startup conocida como The Groundwork. Y ella debe saber que Schmidt se ha convertido hace poco en el jefe del consejo de innovación del Pentágono y que, entre enero del 2009 y octubre del 2015, los máximos ejecutivos y representantes de Google se reunieron en la Casa Blanca en 427 ocasiones distintas. Obviamente, hay una relación simbiótica entre el Departamento de Estado de los EE. UU. y Silicon Valley. ¿Pero por qué debería preocuparnos?
No tenemos que especular sobre cuál es la ideología de Silicon Valley. Es suficiente con leer “De Cero a Uno: Cómo inventar el Futuro” de Peter Thiel. Thiel, parte de la llamada “mafia de Paypal” y dueño de Palantir, dice explícitamente que “la competencia es una reliquia de la historia” y que el capitalismo monopolista no es una patología o una excepción, sino la condición de todo negocio exitoso. Google es uno de los mejores ejemplos: casi todas las “innovaciones” de Google son fruto de la adquisición (desde Google Maps hasta Youtube).
Otro ejemplo exitoso, mencionado por el mismo Thiel, es Tesla Motors: “la tecnología de Tesla es tan buena que otras empresas automovilísticas dependen de ella: Daimler usa baterías de Tesla; Mercedes-Benz usa un sistema de transmisión Tesla; Toyota usa un motor Tesla. General Motors ha creado incluso un cuerpo especial para rastrear los siguientes movimientos de Tesla. Pero el mayor logro tecnológico de Tesla no es un solo componente, sino la habilidad de integrar muchos componentes en un producto superior”.
Esta es la mejor descripción del capitalismo monopolista. El éxito de Silicon Valley no es producto de la genialidad, sino de la compra: Google, Facebook, Apple o Palantir triunfaron en crear monopolios tan poderosos y omnipresentes precisamente gracias a estas adquisiciones.
Pokémon Go marca un paso más allá, dado que la penetración de Silicon Valley hasta los más íntimos aspectos de nuestras vidas a través de las redes sociales y la nueva tecnología ha alcanzado un nivel en el cual nuestra realidad física se integra en la realidad digital. Pronto será imposible distinguir lo físico de lo digital, cumpliendo las ideas tras Google Glass.
Pokémon Go debería ser visto como un importante avance que no puede ser correctamente definido sin tener en consideración la colonización total llevada a cabo por Silicon Valley mediante el “internet de las cosas” (integración absoluta de nuestros vehículos, casas, herramientas en la red), “smart cities” (adquisición de la infraestructura de nuestras ciudades por Silicon Valley), redes sociales (Facebook, Twitter, Instagram), Google, innovaciones en el transporte (drones, Tesla Motors, etc.), macrodatos, vigilancia absoluta, inteligencia artificial, realidad virtual, y, por último, pero no por ello menos importante, la inmortalidad (el sueño de Silicon Valley de que cargaremos nuestros cerebros a la red y viviremos para siempre).
Todos estos campos de enorme inversión e innovación radical transforman nuestra realidad de una manera tan profunda que cada aspecto de nuestras vidas pronto será integrado en una gran “red” global digital, la cual está permitiendo ya, por primera vez en la historia del ser humano, la creación de un cerebro global constantemente interconectado.
El problema no es la tecnología o la innovación, el problema es el capitalismo monopolista: el hecho de que todo este poder esté concentrado en unas pocas empresas de Silicon Valley, que quieren abiertamente crear un nuevo mundo en el cual la tecnología solo rinda beneficios. Mientras todos estamos ocupados jugando al Pokémon Go, las empresas están siguiendo el consejo del juego: “Hazte con todos”. Simplemente, somos nosotros los que estamos siendo atrapados en una red ineludible de consumismo tecnológico.
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