Una vez al año aproximadamente, el Colectivo Coordinador de DiEM25 se reúne físicamente para diseñar la estrategia y los objetivos de nuestro movimiento para los siguientes 12 meses.
Como vivimos diseminados en diferentes lugares de Europa y solemos vernos únicamente en la red, las reuniones presenciales siempre son momentos valiosos y motivantes. Pero la reunión de la semana pasada en Atenas fue más que esto, también sirvió para recordarnos por qué nuestra labor política es tan increíblemente importante, y por qué tenemos que permanecer unidos, como colectivo, y más aún como seres humanos oponiéndose a los poderes establecidos.
El primer día, hemos asistido a la proyección de la película ITHAKA, que cuenta la historia de la familia de Julian Assange y su lucha para conseguir su liberación de la cárcel. También asistía Stella Assange, la mujer de Julian, que contestó a las preguntas del público después de la proyección. Esta misma noche, el equipo de DiEM25 tuvo el placer de cenar con Stella. Siendo Assange no sólo un héroe para tantas personas en el mundo entero, sino también un miembro fundador de DiEM25, resulta lógico que apoyemos a su familia como sea, con la esperanza de verle un día reunido de nuevo con sus seres queridos.
Nuestras reuniones empezaron al día siguiente a primera hora de la mañana, y se prolongaron hasta tarde por la noche. Al acabar estas sesiones productivas, habíamos pensado acabar cenando juntos. De ninguna manera hubiésemos podido imaginar el desastre que nos esperaba.
Una vez sentados alrededor de la mesa de un restaurante en Atenas, mientras comíamos y hablábamos juntos, un grupo de matones irrumpió en el lugar. Fueron inmediatamente hacia Yanis, que estaba sentado con nosotros. Nos costó darnos cuenta de lo que estaba realmente ocurriendo, mientras Yanis en seguida decidió salir fuera para hablar con ellos, evitando de esta manera que la situación empeore dentro del restaurante.
Empezaron a agarrarle y a empujarle mientras caminaba hacia fuera. Después de unos segundos, un puñetazo le derribó y empezaron a darle patadas en la cara mientras estaba por el suelo, rompiéndole la nariz y el pómulo. Afortunadamente, nadie más resultó herido. Obviamente, él era el objetivo. Llegaron, hicieron lo que planeaban, y se fueron.
Este ataque brutal y cobarde sobre la persona de Yanis no sólo muestra cuán peligrosamente frágil se ha vuelto la democracia en Grecia, sino también por qué MeRA25 Grecia y DiEM25 luchan sin descanso por la verdad y se enfrentan directamente a los responsables de este desgaste padecido por la democracia en todas la capas de la sociedad.
Hagamos un breve resumen de cómo empezó este desgaste de la democracia en Grecia: la aplicación de las políticas masivas de austeridad de la UE y de la Troika a lo largo de la última década. En julio 2015, el pueblo griego votó poner fin a esta austeridad devastadora en un referéndum organizado por el mismo gobierno que después decidiría ignorar su resultado. Tras esta traición, el entonces Ministro de Finanzas Varoufakis dimitió inmediatamente. Un año más tarde nacía DiEM25 en Berlín, con el lema “la UE será democratizada, o se desintegrará”.
Durante los últimos años, el pueblo griego ha tenido que aguantar las privatizaciones, la corrupción, los escándalos relacionados con el espionaje, y un incremento de la violencia policial, entre otras cosas. La policía sigue investigando la agresión padecida por Yanis, pero no hace falta saber quién lo hizo realmente y por qué, el acontecimiento por sí mismo muestra cuál es realmente el problema.
Ataques tan despiadados sobre un miembro del parlamento electo democráticamente no ocurren en un ambiente político sano, y tampoco en una sociedad que esté prosperando. Ocurren cuando se difunden mentiras, se tergiversan las narrativas, se señalan a los enemigos, se crean divisiones, y la corrupción está descontrolada.
El resto de nuestras reuniones fue ensombrecido por este acontecimiento, pero también fortaleció nuestra determinación en seguir trabajando y no dejarnos intimidar. Todos somos humanos. La labor política no otorga superpoderes y resulta muy fácil abandonar y caer en el desencanto, pero es exactamente lo que este sistema de “ganancias y poder sobre la vida” en su totalidad espera. El único superpoder que podemos invocar es el poder del colectivo para avanzar sobre un mismo camino, y eso es exactamente lo que seguiremos haciendo, lo que nos lleva al próximo evento crucial de nuestra actualidad en Atenas.
La terrible tragedia que ocurrió cerca de Tempi donde dos trenes colisionaron provocando la muerte de 57 personas, la mayoría estudiantes, desencadenó el 12 de marzo manifestaciones multitudinarias por toda Grecia. Sólo tres semanas antes de la colisión, el sindicato de los trabajadores ferroviarios convocó una huelga para protestar contra las condiciones lastimosas y peligrosas en las que se encontraba la red de ferrocarriles. De hecho, el mismo día en el que ocurrió el accidente, hubo una explosión en la red eléctrica de la estación de ferrocarriles de Palaiofarsalos que retrasó a varios trenes de esta misma línea. El Gobierno Griego respondió a estas huelgas previas a la catástrofe prohibiéndolas.
Estos acontecimientos son una consecuencia directa de la privatización de los ferrocarriles como parte de las políticas de austeridad impuestas por los acreedores de Grecia. Debido a la inversión insuficiente y a la falta de material durante años, una catástrofe era inminente. La disculpa del gobierno y su falsa autocrítica no devolverán los fallecidos a sus familias, y con razón no son suficientes para los miles de manifestantes en las calles de Grecia: quieren que el gobierno del Primer Ministro Mitsotakis dimita. Sin duda Grecia está entrando una vez más en una fase de malestar social, y las próximas elecciones serán cruciales para el futuro del país.
Después de estos días ajetreados, traumáticos, y alentadores, comienza el verdadero trabajo. Para DiEM25, los próximos doce meses incluirán elecciones en Grecia y en Alemania, la organización del partido de Italia, eventos importantes para el movimiento, y mucho más.
No podemos saber si nuestros esfuerzos conseguirán un cambio positivo radical, pero desde luego nunca dejaremos de intentarlo.
¡Carpe Diem!
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