Las mismas personas que están destruyendo nuestro planeta se reunirán para convencernos de que todos estamos en el mismo barco y que cada uno de nosotros tiene que hacer esfuerzos.
Llega esa época del año en la que los altos funcionarios de los gobiernos y los profesionales de la política se reúnen para simular que les importa la crisis climática mientras que, a puerta cerrada, negocian acuerdos a escondidas para que ocurra lo contrario.
Dirán que hacen todo lo que pueden, y que tienen las manos atadas, que tenemos que asumir nuestra “responsabilidad” tomándonos este asunto en serio. Discurso tras discurso, banquete tras banquete, llegará el momento de reunirse con los oligarcas de los combustibles fósiles y los que cometen los ecocidios para “negociar”, y al “negociar” no se tratará de intentar que los combustibles fósiles se queden bajo tierra.
Por supuesto que no. No les importa en absoluto. Lo único que les importa es negociar mejores subsidios, reducciones de impuestos, y saltarse cualquier ley inoportuna que pueda restringir sus propósitos. Como recompensa, estos políticos conseguirán financiación para sus campañas. Sabemos de qué va la cosa: los que más contaminan patrocinan una campaña electoral y a cambio consiguen que se haga la vista gorda sobre sus fechorías medioambientales.
Por la mañana presidente de la COP y por la noche de una compañía petrolera
La COP28 este año tiene lugar en los Emiratos Árabes Unidos, lo que deja las cosas claras para todos. El Sultán Ahmed Al-Jaber, presidente de esta cumbre climática de las Naciones Unidas, ha defendido una “eliminación gradual” de los combustibles fósiles en el mundo entero.
Sin embargo ,la hipocresía del evento queda en evidencia cuando se considera su función simultánea como líder de la COP28 y como líder de la compañía petrolera estatal de los Emiratos Árabes Unidos Adnoc. Ni falta hace hablar de las recientes filtraciones de documentos revelando las intenciones de Al-Jaber de entablar negociaciones con varios altos funcionarios sobre acuerdos relacionados con combustibles fósiles durante la mismísima cumbre climática.
Los grupos de presión llevan décadas monopolizando la COP, usándola como plataforma para conseguir acuerdos que les enriquezcan mientras perjudican al resto de la humanidad destruyendo el planeta. Los que llegan a Dubai para convencernos de que estamos todos en el mismo barco y de que todos tenemos que hacer esfuerzos para encontrar una solución a esta crisis que están fomentando son los que están destruyendo el planeta.
No nos engañemos. La culpa la tienen ellos. El 1% más rico de la población mundial emite más CO2 que el 66% de la población más pobre, sólo 12 oligarcas, con sus mega yates, aviones privados, mansiones e inversiones, contaminan más que 2,1 millones de hogares. Un multimillonario emite un millón de veces más CO2 que una persona normal y corriente a través de las empresas que le pertenecen.
Hay que considerar este asunto desde un punto de vista radicalmente novedoso si queremos acabar con esta dinámica destructiva, e imponer la justicia medioambiental en Europa y en el resto del mundo.
Pensamos que la economía debería estar al servicio de las personas y al del planeta, mientras ocurre lo contrario. Los profesionales de la burocracia que se autodenominan políticos no lo harán realidad. Por eso tenemos que derrocar la oligarquía y conseguir que los ricos paguen la transición ecológica.
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