Las asambleas ciudadanas se organizan para encargarse de asuntos olvidados por los gobiernos debido a su incapacidad o deficiencia para tratarlos, son una práctica realizada realmente por el pueblo para el pueblo
Las democracias atraviesan varios estados de frustración y de rabia cuando pierden la confianza en su cuerpo político. Un número siempre creciente de marginados se convierten de hecho en espectadores impotentes en relación con la forma de gobierno. Simultáneamente, la gente es consciente que en realidad las elecciones se limitan a mantener una situación que necesita un cambio: “las ideas políticas tanto de la izquierda como de la derecha convencional ya no son viables, la naturaleza humana es un obstáculo inherente al progreso ético o político”, según el filósofo John Gray.
Para empezar, votar cambia ciertas cosas, pero no otras que de hecho siguen existiendo gracias a esto, porque el voto a un determinado partido conlleva la aprobación del diseño institucional, de la cultura, identidad, e historia colectiva que dan forma a nuestra política y que la hacen funcionar. Esta subordinación a una estructura política predeterminada no se puede identificar como se identifica a un partido, lo que explica por qué nunca nada parece cambiar. Al votar por un partido apoyamos el diseño del sistema político.
Después, los políticos afiliados a un partido acaban provocando una guerra de trincheras, impidiendo el debate, y fomentando el antagonismo político. Dominados por las doctrinas de la izquierda o de la derecha, las agendas de los partidos y sus lealtades, no tienen la información suficiente y necesaria. Para justificar sus relatos, utilizan hechos dudosos y a menudo polémicos que una vez en los medios de comunicación se convierten en una mezcla de información errónea y de desinformación.
Durante las elecciones también se manipula a la gente para que permitan la presencia de marionetas en la estructura política descrita anteriormente, que servirán después de chivos expiatorios, participando de nuevo más tarde cuando se les vuelva a necesitar. Esta realidad de actitud inclusiva y exclusividad de los políticos y votantes necesita ser reformada radicalmente, implementando el papel propuesto del pueblo como una parte fundamental constitutiva del gobierno. No podemos dejar la política a los políticos para siempre. La democracia tiene que ser la dueña de las elecciones, y no su esclava.
Asambleas ciudadanas
Las asambleas ciudadanas, los comités y los consejos, son externos a los gobiernos y a la política. Se constituyen a menudo en muchos países del mundo, se organizan para encargarse de asuntos olvidados por los gobiernos debido a su incapacidad o deficiencia para tratarlos, son una práctica realizada realmente por el pueblo para el pueblo.
Funcionando independientemente de la política como órganos democráticos, consideran los hechos sobre los que se basa el tema de su reflexión. Al ser sus miembros elegidos por sorteo, son similares a los jurados de los tribunales que votan las sentencias por mayoría, y la mayor parte del tiempo se enfrentan a asuntos de la sociedad complejos y polémicos.
Unos cuantos ejemplos recientes fueron la Burgerrat Demokratie en Alemania, MASSLBP en Toronto, Canadá, y la Bristol Council Citizens’ Assembly en el Reino Unido. La Agora en Bélgica tuvo una importancia significativa, resulta ser un partido cuyo único interés reside en la democracia participativa, y que tiene un diputado en el parlamento que representa a la asamblea ciudadana de la parte de Bélgica de habla alemana. DiEM25 entrevistó a sus moderadores y a sus miembros en Londres, que informaron en detalle sobre cómo se constituyeron, también fue entrevistado el fundador de MASSLBP.
Varios países ya tienen organizaciones creadas para financiar y organizar asambleas ciudadanas, parecidas al The Sortition Foundation en el Reino Unido, y a Mehr Demokratie en Alemania, la más grande organización democrática que no sea un partido en la Unión Europea.
Ya existen ejemplos en el Reino Unido de comités regionales constituidos íntegramente sobre la base de asambleas ciudadanas no políticas. Externos al gobierno, no son ninguna copia de cualquier aspecto de la jurisdicción del gobierno como órgano electo, y tampoco son sus subordinados, y de ninguna manera tienen por qué actuar según sus conclusiones. Su propósito consiste en posibilitar una mejor representación apolítica, que sólo puede existir fuera de las instituciones políticas.
La democracia deliberativa ya existe en el seno de DiEM25, al mencionar su manifiesto cómo deben ser los valores que rigen las asambleas ciudadanas. Aunque sepamos que existen muchas otras causas por las que luchar y por las que indignarse, padecemos todos las consecuencias de cualquier forma de gobierno, y esto nos brinda el poder de cambiarlas.
El nuevo colectivo de DiEM25 sobre Democracia Deliberativa investigará todos estos asuntos y muchos más, esperemos que sea atractivo, que tenga éxito, y significativo. Para más información y poder participar, escríbenos a: thematic@diem25.org
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