Suceden cosas extrañas. Mientras que la gente de mediana edad vota a Donald Trump, los jóvenes millennials, aquellos que han nacido en la época de la World Wide Web, votan a Bernie Sanders. ¿Cómo se explica? Yo no creo que el voto al bueno de Bern, autoproclamado socialista, esté basado en una estrategia y yo diría incluso que no es, fundamentalmente, una acción política. En mi opinión, este voto es el síntoma del rechazo ético a la guerra, el racismo y la creciente desigualdad. Un rechazo ético y estético. Los chicos miran a sus padres, a esos cincuentones a la vez víctimas y cómplices de la cultura neoliberal, los ven llenos de agresividad y frustración, competitividad y desprecio hacia sí mismos, y piensan: no quiero ser tan deprimente. Así que se vuelven hacia Bernie, el descendiente de los felices años sesenta, la tan maldita década de pereza creativa, sentimientos igualitarios y solidaridad social. No espero que Bernie Sanders sea el presidente de los Estados Unidos (aunque lo deseo) pero creo que su habilidad para atraer a la generación digital es significativa. El cambio ético y estético está minando rápidamente los fundamentos del consenso neoliberal, por la derecha y por la izquierda.
Por tanto, necesitamos elaborar un proyecto de resistencia, supervivencia, y lo más importante, un proyecto de desenmarañamiento de la fuerza inventiva. El Movimiento Democracia en Europa 2025 es el primer intento de construir una plataforma política de las nuevas energías que se desatarán con la desintegración de la Unión Europea. DiEM25 es el contenedor de una conciencia transnacional más allá del actual auge del nacionalismo.
Si la Unión se desintegra, debemos salvar el núcleo de este proyecto: la red de trabajadores cognitivos que ya no se identifican con las naciones. Debemos transformar esta red en un experimento de autonomía y autovaloración del conocimiento. La única manera de salvar este núcleo es emancipar el trabajo cognitivo de Europa del paradigma de mercado. Debemos construir una plataforma tecnopolítica que permita a los trabajadores cognitivos cooperar fuera de las reglas de la economía orientada al beneficio, para desmantelar y reprogramar los sistemas técnicos y el proceso de producción, distribución y consumo.
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