La prolongada polémica respecto a “Auschwitz on the Beach”, la actuación censurada de Bifo Berardi, ha impulsado al filósofo y miembro del Comité Asesor de DiEM25 a escribir la siguiente carta abierta.
En DiEM25 creemos que la censura es la forma en que los cobardes huyen de la controversia. El diálogo, el desacuerdo fiero y, con suerte, la eventual síntesis, son el duro camino que los auténticos demócratas se atreven a recorrer.
Leí en alguna parte que, en la década de 1940, cuando París estaba ocupada por los alemanes, un oficial nazi visitó el estudio de Picasso. “¿Tú has hecho esto?”, se dice que le preguntó a Picasso mientras contemplaba una fotografía del “Guernica”. “No”, respondió Picasso, “vosotros lo hicisteis”.
No quiero hacer una comparación entre Picasso y los autores de la actuación (invisible) “Auschwitz on the Beach”. Nada más lejos.
Aun así, veo las reacciones de gran parte de la prensa alemana (aunque algunos comentaristas como Philipp Ruch del Suddeutsche rechazan la hipocresía prevalente) y veo que están empeñados en un linchamiento contra mí y mis colaboradores porque nos atrevimos a recordarles una frase: Nie Wieder Auschwitz.
Leyendo algunos de los comentarios (como los de Jens Jessen del Zeit), uno podría pensar que hemos cometido un crimen contra la humanidad.
No, queridos periodistas alemanes, los crímenes contra la humanidad son los que vosotros habéis cometido, los que la gente de Alemania ha cometido, y los que volvéis a cometer, junto con vuestros colegas italianos, franceses y españoles.
En la cumbre del 28 de agosto en París, los gobiernos europeos vuelven a proponer un horrendo espectáculo de exterminación masiva basado en fundamentos étnicos.
Repito mi elección verbal pronunciando cuidadosamente las sílabas: ex-ter-mi-na-ción.
Oficialmente, 30.000 personas han muerto ahogados en el Mar Mediterráneo debido al rechazo europeo, y ahora el gobierno italiano denuncia y persigue a las ONG que rescatan a decenas de miles de mujeres, niños y hombres de la muerte en el agua.
Médicos sin Fronteras ha abandonado el mar y ha declarado la imposibilidad de llevar a cabo su trabajo debido a la actitud de las autoridades europeas.
Pero lo que sucede en el mar es solo una parte de la historia: el proceso de exterminación se expande en la frontera meridional de Libia, y en los desiertos del África Occidental.
Un millón de migrantes están detenidos en campos de concentración en Libia (¿puedo usar esta expresión o es demasiado para la mojigatería de los periodistas alemanes?).
En un futuro cercano, un creciente número de migrantes se verá las caras con los ejércitos apoyados por Europa de Chad, Mali y Libia, países de humanitarismo inmaculado.
Este crimen contra la humanidad se comete sobre fundamentos de discriminación étnica. Los objetivos no son ciudadanos blancos y no tienen el derecho de migrar, mientras los migrantes blancos pueden ir a África como turistas y hombres de negocios, y si esas naciones lo previenen, les enviamos nuestras tropas.
La exterminación basada en la discriminación étnica: esto es lo que Europa está programando y llevando a cabo.
¿Puedo pediros que recordéis que hubo un tiempo en que vosotros decíais “Nie Wieder Auschwitz”, y ahora os indignáis cuando alguien os recuerda esas palabras?
Hace veinte años, cuando el fenómeno de gran migración estaba en sus comienzos, los gobiernos europeos deberían haber invertido dinero en recepción, educación e integración. Al contrario, invirtieron en reforzar la Fortaleza, y rechazar a las personas que escapaban de los efectos de nuestro colonialismo y de nuestras guerras. Han elegido dedicar recursos sociales a la expansión del poder financiero y el rescate de un sistema bancario moralmente corrupto.
Ahora estamos metidos en una guerra. En esta guerra, vamos a matar a incontables humanos, y el recuento final de muertos (tarde o temprano) será el negocio de aquellos que sobrevivan.
Pero esta guerra la perderemos, ya la hemos perdido. Primero, porque hemos renunciado a la democracia, la humanidad y el respeto propio. Segundo, porque un ejército de vengadores suicidas se alza en el horizonte, desde Pyongyang y Oriente Medio a los suburbios de las metrópolis europeas.
El nazismo de Hitler fue derrotado, pero no antes de que Europa fuera destruida. La mezcla contemporánea de racismo, nacionalismo y globalismo será derrotada, también, pero, mientras, esta va a barrer la dignidad humana de la faz del planeta.
Estos últimos días, he recibido un flujo de mensajes de amigos, camaradas, artistas e intelectuales (muchos de ellos judíos). Algunos me critican porque he aceptado la cancelación de mi actuación, y dicen que he aceptado la censura.
En absoluto.
Yo mismo, Stefano y Dim decidimos cancelar la actuación junto con los directores de documenta14, porque esta era la manera de obtener la mayor atención para nuestro mensaje.
En este caso no es mi libertad de expresión lo que está en juego, sino la vida de millones de mujeres y hombres que están siendo exterminados por el cinismo europeo. Por tanto, renuncio voluntariamente a mi libertad de expresión si puedo llamar la atención sobre la exterminación que está en proceso.
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