Viktor Orbán ha conseguido su tercer mandato como primer ministro de Hungría. Su partido, Fidesz, obtuvo más del 50% de los votos en un sistema electoral que ha sido modificado para permitir grandes victorias de un partido principal y eliminar las oportunidades para que los partidos pequeños formen alianzas. La elección del domingo no fue una lucha justa.
La victoria es el resultado de una campaña electoral que echó por tierra a los inmigrantes musulmanes en lo que muchos ven como una desviación de las acusaciones de mala conducta de Orbán. Ha prometido defender los llamados «valores cristianos» contra la supuesta ola de crímenes a manos de los nuevos inmigrantes en Hungría. Orbán ha invertido millones en esta campaña de odio en los últimos años.
En 2017, Hungría ocupaba el puesto 66 de 180 países en el Índice de Percepción de la Corrupción 2017 de Transparencia Internacional. Hungría también está sufriendo el aumento de las diferencias de ingresos y el deterioro de los servicios públicos, mientras que los amigos y parientes de Orbán han sido acusados de apuntarse al chollo de los fondos estatales concedidos por la UE.
Hungría ha provocado la ira de la UE por sus esfuerzos para frenar la independencia del poder judicial, impugnar las leyes de protección de datos y eliminar la independencia de su banco central. Sin embargo, con esta victoria electoral, Orbán obtiene otro mandato y una mano más libre para llevar a cabo su «mandato democrático». Queda por ver cuánto más draconiana será Hungría en esta nueva legislatura.
DiEM25 lucha contra la corrupción en todas las esferas de la política y aboga por que los Estados miembros, a través de la UE, sean plenamente democráticos.
Jane es miembro de nuestro DSC de Londres y escribe en www.ambitiousmamas.co.uk sobre feminismo, política y raza. También puedes seguirla en Twitter.
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