Traducción de un discurso de la miembro de DiEM25 Judith Meyer en la reunión de DiEM25 en Egina (Grecia) en agosto de 2016.
¡Buenas tardes!
Me llamo Judith Meyer. Soy alemana, y no tengo orígenes griegos, así que mi griego es horrible, pero intentaré hablaros en griego.
¿Por qué estoy aquí con DiEM25? La historia comienza en enero, o tal vez en febrero, de 2015.
Las negociaciones griegas alcanzaron el conocimiento público. Hasta entonces, el alemán medio no solía hablar mucho sobre Grecia, ni memorándums de entendimiento ni nada parecido. Había una sensación generalizada de que el Sur no comprendía la economía y necesitaba el dinero alemán con regularidad, pero la gente en Alemania no habría podido deciros cuántos memorándums de entendimiento se habían firmado ni cuáles eran sus términos. Yanis Varoufakis cambió todo eso.
Él no solo representó con firmeza a la gente griega en las negociaciones, sino que también mostró a otros europeos lo que estaba sucediendo. Lo que estaba sucediendo en el Eurogrupo, lo que estaba sucediendo en Grecia, qué hacen los otros gobiernos europeos quienes, tras puertas blindadas, exceden su mandato popular.
Obviamente, los diarios alemanes no informaron de nada de esto. En ese momento, algunos de nosotros despertamos porque ya no había diversidad en los diarios alemanes sobre este tema, sino que TODOS escribían que los griegos son vagos, que el nuevo gobierno griego era ignorante y peligroso, que el ministro de Finanzas Varoufakis era el peor de todos, el enemigo de los contribuyentes alemanes. Cuando todos los diarios escriben lo mismo es una señal de advertencia: es crucial encontrar otras opiniones.
Cuando buscas la verdad sobre esa época, es fácil de encontrar.
- Los griegos no son vagos: de media, trabajan 700 horas más que los alemanes cada año.
- El nuevo gobierno griego no era ignorante ni peligroso: sus propuestas tenían el apoyo de economistas conocidos.
- Varoufakis no era el enemigo de los contribuyentes alemanes: él quería que no pagáramos miles de millones de euros si no había posibilidad de recuperación económica en Grecia, y al año siguiente tendríamos que haber pagado aún más.
Desafortunadamente, la mayoría de mis compatriotas no buscaron esta información y solo escucharon a los medios que hablaban de una BATALLA entre vosotros y nosotros. Esa era la estrategia de los medios alemanes para que no hubiera solidaridad entre la gente pobre de Alemania y Grecia. Nuestros medios hablaban de germanofobia en Grecia, mostraban fotografías de manifestaciones griegas donde la gente llevaba imágenes de Merkel con emblemas nazis… y eso duele, pero… si la gente no colabora, los únicos que ganarán serán los banqueros.
Para ser honesta, incluso aquellos de nosotros que no apoyábamos al gobierno alemán no sabíamos lo duros que nuestros políticos podían llegar a ser con Grecia. En mayo y junio, yo escribía artículos para explicar las posturas griegas a mis compatriotas y a los angloparlantes en general, pero aún no creía a mis amigos griegos, que estaban preocupados de convertirse en una colonia deudora. No les creí. Les pedí disculpas el 13 de julio.
Creo que, fuera de Grecia, pocos lo esperaban, porque somos europeístas. No queríamos creerlo. Fue un terrible toque de atención para aquellos que lo presenciaron (que no fueron todos en Alemania, ya que los medios alemanes informaron sobre el 12 de julio como sobre cualquier otra noche de negociaciones, no hablaron de victorias ni nada parecido).
Para mí, el sueño europeo había sido demolido. Deprimida, escribí un correo electrónico al Sr. Varoufakis el 14 de julio, para agradecerle que nos hubiera mostrado el auténtico rostro de la Unión Europea.
Él no me conocía, así que no esperaba que respondiera, pero lo hizo: “Gracias, Judith. Necesitamos seguir siendo proeuropeos y criticar activamente a aquellos que han usurpado Europa”.
Y así empezamos a intercambiar correos electrónicos. En noviembre, me escribió acerca de DiEM25, el manifiesto y todo lo demás.
Como movimiento europeo, DiEM necesitaba una presencia web multilingüe, y puesto que hablo 13 lenguas, la primera tarea que asumí fue la organización de cuentas de Twitter multilingües y la traducción de la web mediante voluntarios.
Ahora, me encargo de organizar todo lo relacionado con los voluntarios de DiEM25. ¡Tenemos tantos! Más de 20.000 europeos quieren ser voluntarios de DiEM25.
La Primavera de Atenas y el 12 de julio fueron una conmoción necesaria. Ahora, mi generación, la generación Erasmus y la generación de las fronteras abiertas, ha despertado. No permitiremos a los líderes de la Unión Europea que destruyan nuestros sueños europeos.
Exigimos una Europa democrática en la que haya transparencia, prosperidad compartida y sentido de la ética. ¡Europa será democratizada o se desintegrará!
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