Mientras elaboramos juntos nuestra vital Agenda Progresista para Europa, la política de la UE continúa revolviéndose, mientras el establishment da bandazos de crisis a crisis.
Mañana será el próximo momento crucial: los ciudadanos italianos votarán en un referéndum sobre la enmienda a la constitución de sui país, que tendrá un claro impacto europeo.
En el Colectivo Coordinador (CC), recibimos numerosas peticiones de los miembros de DiEM25 para que tomáramos una posición sobre si debería aprobarse esta propuesta de enmienda, y que hiciéramos campaña en consecuencia.
De acuerdo con el objetivo de nuestro movimiento de democratizar la toma de decisiones en la UE, así como con la esencia paneuropea de DiEM25, el mes pasado pedimos a nuestros miembros en cada rincón de la Unión que votaran de qué bando deberíamos estar: del “sí” o del “no”.
La mayoría de miembros de DiEM25 y los DSC que participaron en nuestro ejercicio de democracia interna (un 84,54%) recomendó el voto al “no”.
Este es el porqué:
Si la enmienda es aprobada, obstaculizaría el proceso democrático en Italia. Concentraría más poder en manos del gobierno italiano, reduciendo el papel del parlamento, y disminuyendo la pluralidad al garantizar una mayoría absoluta del partido con más votos. Además, la enmienda reduciría el poder de las regiones, dificultando la autonomía local.
Pero en un sentido más amplio, la enmienda sería otra expresión más de la exigencia actual de la UE de gobiernos nacionales fiables que puedan implementar decisiones tecnocráticas sin la molestia de una oposición política ni el disenso organizado. Garantizaría más de la misma retórica del “no hay alternativa” que ha caracterizado la postura de la UE desde 2008.
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