Una guía para la «Desobediencia Constructiva»

Para enfrentarnos frontalmente al establishment, y hacer realidad la Europa Progresista que necesitamos tan desesperadamente, llamamos a todos los activistas a poner en práctica la “Desobediencia Constructiva”. ¿A qué nos referimos con esto? Sigue leyendo para averiguarlo.

 

Fundamos DiEM25 sobre la creencia de que la desintegración de la UE se debe al autoritarismo incompetente de sus instituciones y, en general, al establishment “profundo” de Europa. Un mecanismo de refuerzo negativo entre el autoritarismo y las políticas fallidas alimenta las fuerzas centrífugas que están destruyendo Europa, siendo el brexit un mero preludio..

Para sacar a Europa de este camino a la ruina (es decir, una desintegración que solo beneficiará a las fuerzas xenófobas, nacionalistas y reaccionarias), proponemos que los municipios, ayuntamientos, regiones y gobiernos pongan en práctica la Desobediencia Constructiva. ¿Pero a qué nos referimos con esto? ¿Qué debería ser desobedecido y cómo puede la desobediencia resultar constructiva, en vez de deconstructiva?

Desobediencia

El establishment de la UE, al menos desde que la crisis del euro entró en erupción a partir de la crisis financiera global de 2008, ha elegido implementar políticas y emitir directivas que violan principios básicos que una UE sostenible y defendible debería apoyar. ¡Estas políticas o directivas cuya implementación dañará la imagen a largo plazo de la UE y su integridad deben ser desobedecidas! Desobedecer estas políticas y directivas es el deber de un europeísta – en lugar de, cómo dice el establishment, ser una reacción contraria a Europa.

Constructiva

Desobedecer políticas o directivas que dañan la integridad de Europa es necesario, aunque insuficiente. Para que la desobediencia sea progresista y constructiva, debemos acompañarla con contrapropuestas que detallen políticas o directivas alternativas a aquellas que desobedecemos. Estas políticas o directivas alternativas deben, además, ser universalizables (en el sentido kantiano de ser políticas que uno querría ver adoptadas, de golpe, en toda Europa). En otras palabras, nuestra desobediencia no se califica como constructiva si las alternativas que proponemos se basan en el síndrome de “no en mi barrio”, o son del tipo que, si son adoptadas en todos los países, algunas partes de Europa acaben sufriendo.

Ejemplos de Desobediencia que no son Constructivos

  1. La política a largo plazo de los gobiernos irlandeses de ofrecer a las grandes compañías multinacionales tecnológicas y farmacéuticas acuerdos impositivos corporativos de ensueño, y desobedecer la directiva de la Comisión Europea para poner fin a estos acuerdos, no se califica como Desobediencia Constructiva. ¿Por qué? Porque la política de los gobiernos irlandeses suspende el test de la universalidad: si todos los Estados miembros de la UE ofrecieran acuerdos como esos a Google, Apple, etc., estas compañías no tendrían incentivo para permanecer en Irlanda. Irlanda, por tanto, perdería sus ganancias, pero los beneficios en toda Europa ante la inmunidad fiscal efectiva de estas corporaciones serían ensombrecidos por la pérdida de impuestos agregados.
  2. El rechazo por parte de diversos gobiernos (como Hungría en 2017) a la hora de aceptar su cuota asignada de refugiados. De nuevo, aunque se trata de un ejemplo de desobediencia, suspende claramente el test de universalidad: si todos los Estados miembros rechazaran acoger a refugiados (algo que en los casos de Grecia y Italia implicaría una brutalidad atroz en alta mar), Europa estaría violando sus obligaciones ante tratados internacionales, por no mencionar su imagen de continente civilizado.
  3. La exigencia del gobierno italiano en 2016 para que le fuera permitido violar el “pacto fiscal” de normas presupuestarias de la UE a voluntad, mientras aceptaba la propuesta de que otros países (p. ej. Grecia) fueran sometidos a una austeridad calamitosa. Por definición, esta forma de desobediencia no puede ser universalizable, puesto que pretende eximir a un país de restricciones que el “desobediente” acepta que le sean impuestas a otro país. Para hacer que la desobediencia del gobierno italiano fuera constructiva, el primer ministro Renzi tendría que detallar contrapropuestas respecto a: normas fiscales alternativas, una auténtica unión bancaria, una política de inversión agregada para la Eurozona en conjunto y, por último, pero no menos importante, una política europea de gestión de la deuda pública.

Ejemplos de Desobediencia Constructiva

  1. La desobediencia de Valonia al CETA en 2016 supera el test de universalidad, cosa que la califica como Desobediencia Constructiva. Sus objeciones se centraron en el establishment de tribunales privados donde los gobiernos y municipios podrían ser multados por las multinacionales fuera del ámbito del marco de la legislación valona. Si Valonia logra detener el CETA no solo beneficiaría a la soberanía democrática de Valonia, sino que actuaría como escudo para la soberanía democrática de todo Estado miembro o región de la UE. Al hacer esto, defendería, en vez de poner en peligro, la integridad de Europa.
  2. La Primavera Griega de 2015 fue otro ejemplo de Desobediencia Constructiva puesto que: (a) el programa fiscal y de reformas inspirado por la troika que el gobierno griego desobedecía era la plantilla sobre la que la política de austeridad (paneuropea) universalizada se había construido, prendiendo una crisis deflacionaria en Europa perjudicial para todos los Estados miembros en Europa (incluyendo a Alemania); y (b) las contrapropuestas del gobierno griego (p. ej. sobre canjes de deuda, superávits primarios bajos pero positivos y reformas que se centraban en la oligarquía) habrían sido beneficiosas para Grecia sin arriesgar el bienestar de cualquier otro Estado miembro (de hecho, habrían beneficiado al resto de Europa al ayudar a Grecia a saldar una gran parte de su deuda).
  3. La amenaza del gobierno italiano, en 2016, de vetar el presupuesto de la UE a menos que hubiera una política común de migración y refugio es consistente con el test de la universalidad: si todos los Estados miembros hubieran planteado la misma amenaza, con el mismo objetivo, ¡Europa saldría de su actual rumbo escandaloso de falta de una política común y coordinada sobre migración y refugiados!

Por qué la Desobediencia Constructiva es importante en ausencia de instituciones federales democráticas

Durante el punto muerto entre Valonia y Bruselas sobre el CETA, los comentaristas lamentaban que una pequeña región belga pudiera tener el derecho de resistir contra el resto de la UE, haciendo que la toma de decisiones a nivel de la UE fuera imposiblemente ineficiente. ¿Pero qué es lo que proponen?

La única manera de lograr que la toma de decisiones paneuropea sea más eficiente es transfiriendo la soberanía de los parlamentos estatales o regionales a un parlamento federal paneuropeo. ¡Quitar ahora (antes de que un parlamento federal soberano sea instituido) el derecho de los parlamentos regionales o estatales a decir “no” a la pérdida de soberanía es poner fin a la idea misma de que vivimos en democracias!

Mientras no haya proceso democrático en el corazón de la UE, es intolerable forzar a parlamentos (como el de Valonia) a perder su soberanía solo porque la “mayoría” de otros parlamentos lo piden. Esto es equivalente a prohibir la desobediencia constructiva de ciudades, regiones y Estados miembros mucho antes de que un sistema auténticamente federal sea investido con soberanía democrática. Los demócratas de toda Europa deben oponerse a esta barbaridad… con toda su determinación.