Portugal lleva siendo destacado por su notable recuperación en los dos últimos años, desafiando a los agoreros que predecían que se desataría el infierno en el momento en que las políticas prescritas por la troika fueran revertidas y en su lugar se adoptara una política expansionaria.
El gobierno de izquierdas que llegó al poder en 2015, ridiculizado por los medios como el «artilugio», revirtió muchos de los recortes impuestos por el precedente gobierno de austeridad, que había intentado ser «más troikista que la troika» con consecuencias desastrosas. Con las políticas de la troika, el límite de déficit siempre se excedía, la deuda pública aumentó del 90% al 120% del PIB y el desempleo se alzó por las nubes.
Extrañamente, esta alternativa de izquierdas, al reducir la austeridad y al devolver los ingresos a la clase media, ha conseguido que la economía crezca, que aumente la recaudación de impuestos, que se reduzca la carga de las ayudas al desempleo y que se logre el menor déficit en los 43 años de democracia. La deuda pública también está descendiendo por primera vez en muchos años.
¿Ha sido un resultado inesperado? En absoluto, dicen la mayoría de economistas que siempre han afirmado que las políticas contracíclicas eran la manera de combatir una depresión económica y desestimado la noción de «austeridad expansionaria» como algo absurdo. Parece que Keynes estaba en lo cierto, después de todo.
Mientras, los defectos estructurales de la Eurozona, que contribuyeron significativamente a la crisis financiera de Portugal, aún persisten. Para propuestas concretas sobre cómo DiEM25 podría resolverlos, lee nuestro New Deal Europeo.
José Luis Malaquias es miembro de DiEM25 e ingeniero físico radicado en Portugal.
¿Quieres mantenerte informado/a sobre las actividades de DiEM25? Suscríbete aquí