Hace 42 años, la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió declarar el 21 de Septiembre Día Internacional de la Paz y “reforzar los ideales de paz, a través de 24 horas de no violencia y de alto al fuego”. Sin embargo, la realidad nos conmociona.
Hay demasiados lugares sufriendo la guerra en nuestro hermoso planeta Tierra. Trillones de euros son gastados cada año para promover la muerte y la destrucción. Los conflictos políticos, las guerras por los recursos naturales, las guerras imperialistas, las guerras oportunistas, las ideologías erróneas, son parte de la lista de “razones” justificando supuestamente conflictos armados. Pero desgraciadamente, ¿cómo las “razones” podrían justificar métodos cuanto menos propios del oscurantismo medieval?
El Día lnternacional de la Paz debe ser el principio de un alto el fuego en todas las guerras, un compromiso inmediato en la diplomacia para poner un punto final a todos los conflictos actuales e impedir que estallen los que aún están en fase de desarrollo.
Creemos que el raciocinio puede convocar a que el mundo trabaje por la paz y elimine la industria de la guerra, como consta en nuestro programa Green New Deal for Europe.
Por lo tanto:
- Condenamos todas las guerras actuales y seguimos exigiendo un alto el fuego inmediato, de la misma manera que una reanudación integral de los esfuerzos diplomáticos para avanzar en las negociaciones para ponerles fin. Estas guerras siguen causando estragos entre la población civil, beneficiando sólo al complejo militar-industrial, a los belicistas, y a los que apoyan un modelo de “seguridad” militarizada.
- Volvemos a convocar a todos los progresistas a que unan sus fuerzas y hagan campaña a favor de la creación de un Nuevo Movimiento de Países No Alineados internacional y potente, con la mirada puesta en conseguir que la Unión Europea deje de ser un apéndice de la OTAN para convertirse en una UE Independiente y No Alineada, que trabaje por la paz mundial en un mundo sin bloques militares.
- Exigimos una reducción de los gastos militares mundiales que actualmente superan los dos billones de dólares a nivel mundial. Una reducción del 50% del gasto militar permitiría:
- Acabar con el hambre en el mundo entero invirtiendo en agricultura y desarrollo rural (300 mil millones de dólares).
- Asegurar una cobertura sanitaria esencial universal (250 mil millones de dólares).
- Proporcionar el acceso mundial a una educación primaria y secundaria de calidad (200 mil millones de dólares).
- Suministrar agua e instalaciones de saneamiento a nivel mundial (150 mil millones de dólares).
- Cumplir con los compromisos de financiación climática prometidos a los países en desarrollo (100 mil millones de dólares).
- Defendemos la inclusión del coste real de la guerra sobre nuestro medio ambiente y la inclusión de las emisiones militares (el doble de la suma de las del transporte marítimo y aéreo civil) en el debate público sobre el cambio climático.
- Exigimos que se acabe con la presencia de tropas extranjeras en cualquier país del mundo y el cierre de bases militares inútiles en el exterior.
- Insistimos en la eliminación de todas las armas de destrucción masivas, incluidas las armas químicas, biológicas, y nucleares.
- Condenamos las inversiones de fondos privados o públicos en la mortífera máquinaria militar.
- Instamos a los trabajadores de las compañías que producen armas u ofrecen servicios relacionados a declararse en huelga.
- Exigimos el fin de cualquier forma de castigo colectivo, de sanciones unilaterales o secundarias, que sólo dañan al pueblo.
- Insistimos en la prohibición del acceso de los lobbistas de la industria armamentística a nuestros políticos, tecnócratas, y representantes electos.
- Exigimos la aceleración del progreso en la creación de una cultura pacifista que incluya la enseñanza de la paz en las escuelas y universidades del mundo entero.
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