Dos miembros de DiEM25 sobre cómo cambiar Europa

Luis Martín y Sandro Mezzadra hablan de las posibles salidas a la crisis europea.
Artículo de Diagonal, CC-BY-SA

Luis Martín

¿Qué tácticas y dispositivos son necesarios para cambiar nuestra situación en Europa?

Nuestra situación se caracteriza por un proceso de desintegración. Las instituciones se han vaciado de poder político a causa de la financiarización y más a partir de la crisis de 2008. Hay muchas tensiones y las instituciones europeas actúan como gestoras que defienden el modelo actual, que podríamos llamar extractivo. Vemos la necesidad de devolver a los ciudadanos ese proyecto en común porque hay cuestiones que tampoco se pueden atajar desde el Estado-nación. Nuestro objetivo es democratizar Europa pero, ¿cómo se hace? Hay que actuar en un plano multidimensional, no sólo partidos, hay que incluir a la ciudadanía y a movimientos locales.

¿Cómo analizáis la cuestión de la soberanía?

No vemos contradicción entre un proyecto de mayor integración europea (uno de los puntos débiles de la onda progresista en América Latina fue la escasa integración regional) y elementos de soberanía; los movimientos que han alcanzado las instituciones locales son muy valiosos pero pronto tropiezan con techos de cristal, con normas y directivas de distintos niveles. No creemos que haya que encallarse en el debate entre aceptar esta Europa y retrotraernos al Estado-nación. Diem propone ser una herramienta de acción, un instrumento útil para 1) generar debate en distintos planos y niveles;  2) desarrollar un ruta crítica;  3) apoyar procesos de cambio ya en marcha; 4) hacer trabajos de lobby, think tank y fuerza política.

¿Cómo construir una nueva Carta Magna europea?

Querríamos que la ruta crítica que propone Diem para los próximos 18/24 meses sobre ejes fundamentales, a través de eventos, debate público, asambleas y grupos de trabajo, termine en un proyecto constituyente que cambie estas instituciones gestoras por algo realmente democrático. Por ejemplo, nuestra próxima asamblea es en Viena sobre inmigración: habrá debate, grupos de trabajo, colectivos locales que abrazan nuestro manifiesto, una gran asamblea… no basta con tener una buena ruta, hay que encontrar la masa crítica. Y esto es algo fundamental que no existe en España; aquí no ha habido debate público sobre Europa, no lo hubo en las elecciones de diciembre, no es objeto de campaña ni de programa y, sin embargo, ahora nos recuerdan desde Bruselas los recortes que exigen para el año próximo.

 

Sandro Mezzadra

¿En qué concepto de soberanía habría de basarse un nuevo acuerdo de cooperación transnacional europeo?

El concepto de soberanía está muy vinculado a la historia de la expansión colonial europea. Por eso no es fácil reapropiarnos de él. Aunque lo realmente difícil es pensar un proyecto de emancipación en torno a este concepto entendido como soberanía estatal y nacional. En este momento histórico nos enfrentamos a condiciones que hacen necesaria la búsqueda de otras escalas espaciales para la acción y las luchas políticas. El Estado ha sido vaciado de su capacidad de regular el capitalismo que hoy en día es muy distinto de aquel en que se realizó el denominado compromiso fordista y el desarrollo de los Estados del bienestar. Por esta razón, la dimensión espacial de la política posee una importancia sobresaliente y todo proyecto radical de liberación afronta la tarea de repensar nuevas escalas de lucha.

¿Cuál sería el papel de las políticas monetarias de cara a un proceso de democratización a nivel europeo?

Estamos viviendo un momento de turbulencias monetarias a escala internacional en el que la soberanía del dólar se ve cada vez más desafiada por equilibrios cambiantes en el capitalismo global. Es difícil pensar una salida de esta situación mediante una vuelta a la soberanía monetaria nacional. Se trataría, más bien, de contestar la ficción de naturaleza técnica de la moneda y de su manejo. Contestar el estatuto mismo del Banco Central Europeo. Hacer posible que las luchas sociales impacten en las correlaciones de fuerza que la moneda refleja. En un momento en que la propia prensa financiera internacional escribe sobre la necesidad de pasar del quantitative easing alhelicopter money [política monetaria con la que los bancos centrales distribuyen dinero directamente a toda la población, n. del Ed.], sería interesante reflexionar sobre esta última teoría desde el punto de vista de la renta básica.

¿Cuáles serían los ejes de una nueva Carta Magna europea?

Para generar las condiciones materiales de la democracia a escala continental se han de inventar nuevos contenidos sobre fronteras, renta, comunes, etc. Diem 25 habla de un nuevo ‘New Deal verde’. Tomar la consigna del New Deal es interesante pero sin olvidar que la reforma económica de Roosevelt no hubiera sido posible en EE UU sin la ola de luchas obreras (de intensidad insólita en este país) y la construcción de un nuevo sindicato (el CIO) que la precedieron.

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